domingo, 9 de mayo de 2010

Matthew Syed: "Los genios no existen"

El conocido ex-palista y escritor Matthew Syed (en la foto) ha publicado recientemente un libro que se ha convertido en un fenómeno de ventas. Se trata de "Bounce - Mozart, Federer, Picasso, Beckham and the Science of Success" ("Rebote - Mozart, Federer, Picasso, Beckham y la Ciencia del Éxito").

Syed, colaborador habitual de la BBC y The Times narra nos cuenta que: "Es la práctica, y no el talento, lo que verdaderamente importa", basando su libro en un experimento del psicólogo Anders Ericsson, de la Universidad de Florida State. El estudio tomó como muestra a tres grupos de jóvenes violinistas. El primero era el de los que iban camino de llegar a ser concertistas de renombre mundial, el segundo era el intermedio, y el tercero lo formaban jóvenes que sólo tenían futuro como profesores de violín. Todos habían empezado a tocar a la misma edad.

Terminada la investigación, resultó que lo que distinguía a los primeros es que con 20 años de edad ensayaban más de 30 horas a la semana, por lo que ya habían acumulado unas 10.000 horas de práctica. Cada uno de los segundos, en cambio, había ensayado 8.000 horas, y los terceros apenas superaban las 4.000. Lo curioso es que, tal y como anota Syed, "un aspecto increíble del estudio de Ericsson es que no había una sola excepción". Eso significa que ninguno de los violinistas del nivel más alto había pasado menos de 10.000 horas ensayando. Y punto.

Pero... ¿Y Mozart? ¿No es él la imbatible excepción a la regla planteada por Ericsson? Al fin y al cabo, con menos de 10.000 horas de vida, el pequeño Wolfgang tocaba el piano y componía piezas musicales de categoría. Pero si se observa detenidamente, Mozart, antes de haber cumplido seis años, ya había ensayado más de 3.500 horas de piano, y además con su padre, Leopold, músico prominente y uno de los mejores maestros de violín de Austria. Además, "Wolfgang compuso sus obras magistrales a partir de los 21 años", momento en el que ya había acumulado mucho más de 10.000 horas de práctica.

Con los Beatles sucedió un fenómeno similar. Es cierto que, unidos, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr tenían un enorme talento, pero también lo es que los tres primeros habían comenzado a tocar muy jóvenes y que en sus giras alemanas, siendo jovencísimos, llegaban a dar conciertos de ocho horas siete días a la semana. Más entrenamiento, imposible.

Pese a todo, la práctica a la que se refiere Syed no es una práctica cualquiera. Según él, la excelencia solo se consigue cuando el entrenamiento sale de la llamada "zona de confort" y la persona busca superar su mejor marca, lo que el autor denomina "práctica decidida", en la que no teme cometer errores. Y es que, como decía Picasso, que pintaba prácticamente sin descanso: "Más vale que, cuando te llegue la inspiración, te pille trabajando".

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