Liu Song, número uno indiscutible argentino y ochenta del mundo, aunque ha estado más arriba (49), llegó al país más austral del mundo en 1995, con 23 años. "Nada más llegué, empecé a entrenar con Pablo Tabachnik", afirma el jugador, que ya había sido octavo en la clasificación de la Federación china. Juntos fueron subcampeones panamericanos en Winnipeg 99 y Rio de Janeiro 2007. "Casi toda mi vida en tenis de mesa he estado compitiendo con Pablo, somos muy amigos", confiesa Song para canchallena.com desde Burdeos, donde compite tras haberlo hecho en países como Alemania, Suiza y Croacia. Durante este tiempo ha sido cinco veces campeón latinoamericano y participado en tres juegos olímpicos. Liu Song no lo duda: "Gracias a la Argentina puedo seguir con mi deporte, puedo viajar tanto y puedo competir. Siempre le voy a agradecer a la Federación. Siempre me trataron muy bien. Y eso me ayudó mucho".
Él sabe que está en los últimos metros de su extensa carrera, y desea seguir en el mundo del tenis de mesa: "Cuando me retire quiero seguir como entrenador... ¿Y por qué no serlo de la selección argentina y pasar toda mi experiencia a los más jóvenes?", se ilusiona Song. "Sé que tenemos varios jugadores interesantes", se entusiasma nuevamente. Dicen que la tierra tira. Y su patria siempre ha estado donde ha podido ser feliz con el tenis de mesa. Y en Argentina muchas veces lo ha sido.
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